Vestiduras

Un día, la belleza y la fealdad se encontraron en una playa, y se dijeron:

Bañémonos en el mar…

Entonces se quitaron la ropa y empezaron a nadar en las aguas. Pasado un rato, la fealdad volvió a la playa, se vistió con la ropa de la belleza y se fue.

Y la belleza también salió del mar y no encontró su ropa, y como era demasiado tímida para andar desnuda, se vistió con la ropa de la fealdad y siguió su camino.

Y desde entonces hasta hoy, hay hombres y mujeres que se engañan, y confunden a una de ellas con la otra.

Sin embargo, hay quienes han contemplado el rostro de la belleza y la reconocen, pese a sus vestiduras. Y hay quienes conocen el rostro de la fealdad, sin que sus ropas la oculten a sus ojos.

Apasionada de la belleza, de las palabras y los significados. Contemplar el mar me deja sin aliento y navegarlo a vela es una de las cosas más hermosas que existen en la vida. La evolución es mi marco de referencia, mi cosmovisión y mi sentido de la trascendencia.

2 comentarios

  1. Angela A
    23 octubre, 2011

    Me ha encantado este relato. Jamás lo había visto de esta manera. Muy bueno.

    Responder
  2. Naceira
    24 octubre, 2011

    Gracias Ángela por detenerte en mi blog. Me alegro que te haya gustado, Gibran es un genio.

    Un saludo.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba