Hace unos pocos días tuve la enorme suerte de leer un cuento de Theodore Sturgeon, un autor hasta entonces totalmente desconocido para mi.
Un sólo cuento, tan sólo veintitantas páginas de negro sobre blanco han conseguido que mi alma le otorgue, en mi peregrinación particular por la vida, el título vitalicio de compañero de viaje.
Se trata del cuento «Escultura Lenta»
Te recomiendo que lo imprimas, busques una postura cómoda y lo disfrutes. Los pañuelos de papel son opcionales (aunque advierto del posible efecto secundario), no precisamente porque sea un cuento triste, sino porque a mi parecer, es de una belleza extrema. Refleja la tragedia humana, me atrevo a decir, con la profundidad de un Shakespeare, tejida de un modo magistral con una elegante ciencia-ficción.
Si lo lees y te gusta (o no), me encantará que me dejes un comentario
30 octubre, 2007
Con este cuento, no se puede decir ni mú, creo que lo estoy rompiendo.
El silencio, o el encanto.
Quéee bonito… el principio y el final… y aluego a leerse los entresigos (bueno, fue mi estrategia, allá cada cual, que depende del momento, texto y demás).
Irrefrenáblemente, hablé, cachiiiisss.
🙂
Estoy haciendo tiempo por acá…hasta que vuelvas ;P . Te dejo helado de chocolate, de los artesanales tan ricos.
8 noviembre, 2007
Me alegro de que te haya gustado el cuento, Carol-linda. Gracias por leerlo. 🙂
Besitos.
16 agosto, 2011
Muy bonita historia,limpia y reflexiva. Me gustó, lo voy a usar en mis clases.
Un abrazo
16 agosto, 2011
Me alegra que te haya gustado Juan, es un cuento precioso.
Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.
Un abrazo.