Mujer y Olivo

La mujer enferma de amor clásico que se sentaba bajo un olivo que no tenía ningún mochuelo, perdía su mirada en algún lugar entre Casiopea y las Pléyades, como es debido, mientras envolvía sus pensamientos suspirando un fino trazo en forma de nube.

El olivo -que no tenía ningún mochuelo, pero tenía una mujer enferma de amor clásico suspirando bajo sus ramas-, soñaba que volaba.

¡Buh-Húh! ¡Buh-Húh!

¡El olivo ulula!-, exclamó la mujer enferma de amor clásico. Y del sobresalto se quebraron los suspiros, desparramando sus pensamientos por el suelo y despertando al olivo.

La mujer -lo de matar dragones no entraba en sus planes-, se levantó, se sacudió los pensamientos desparramados y se fue a hacer la cena.

El olivo, ahora despierto, siguió soñando mochuelos.

¡Buh-Húh!

Apasionada de la belleza, de las palabras y los significados. Contemplar el mar me deja sin aliento y navegarlo a vela es una de las cosas más hermosas que existen en la vida. La evolución es mi marco de referencia, mi cosmovisión y mi sentido de la trascendencia.

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